Orgullo español

Bandera de España colgada de una pared/M.Moragues
Bandera de España colgada de una pared/M.Moragues
Después de las victorias solo sentimos eso, orgullo. Una serie de emociones que nos llevan al clímax total. Alegría, euforia, satisfacción, gozo… ¡Cuántos sentimientos juntos! Nuestro orgullo nos lleva a creernos superiores al resto de la humanidad, un optimismo exagerado y muy poco humilde. Un ejemplo de ello es: “somos mejores que los demás, está claro”.
Ojalá siempre fuera así. La selección española gana una competición y todos nos sentimos españoles, sacamos nuestras banderas a la calle y gritamos todos juntos. Vaya panda de ignorantes somos. Estamos orgullosos de algo tan poco palpable…
En cambio cuando las cosas están feas, como lo es la situación actual, todos repudiamos a nuestra nación, de nuestros políticos y de la sociedad en general. El orgullo queda tirado en el suelo, cual excremento de perro o colilla. Seamos realistas, nuestro ego comienza cuando las circunstancias son satisfactorias, si las condiciones son negativas queda escondido en el más pequeño rincón.
¿Cuándo nos sentiremos realmente orgullosos? Mi respuesta es nunca, en ningún momento mi satisfacción será plena, porque siempre querré unpoco más, un matiz mejor o un retoque final.  Pero siempre estaré orgullosa de las personas que crean esta sociedad llamada España, no de la nación en sí, porque las circunstancias no son las mejores para sentirse perteneciente al mejor estado del mundo. Pero sí sentirse satisfecha de todo lo que han y hemos construido y aquello que algún día conseguirán nuestros futuros hijos.  Siéntete siempre satisfecho de las personas, no de las instituciones, ellas cambian, las personas siempre somos las mismas.
¡Vivan los españoles!

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