Cuando éramos niños, las prioridades eran otras, las visiones eran básicamente diferentes. Luchábamos por defender a los más débiles, los animales se convertían en los grandes compañeros de fatigas y el futuro se
Cuando éramos niños, las prioridades eran otras, las visiones eran básicamente diferentes. Luchábamos por defender a los más débiles, los animales se convertían en los grandes compañeros de fatigas y el futuro se
No me atrevo a llamarles valientes. Son auténticos héroes. Luchan diariamente por combatir al bicho, ese que podría quitarles incluso la vida. Pero nunca, nunca se dan por vencidos. Temer a la palabra