No me atrevo a llamarles valientes. Son auténticos héroes. Luchan diariamente por combatir al bicho, ese que podría quitarles incluso la vida. Pero nunca, nunca se dan por vencidos.
Temer a la palabra ‘cáncer’ no es de cobardes, sino de mujeres y hombres, niños y adolescentes desconcertados por su futuro y sobre todo por su vida. Desgraciadamente la hemos escuchado en numerosas ocasiones pero nunca esperamos que nos toque de cerca. Es lejano. Sin embargo, es cuestión de suerte, o mejor dicho de mala suerte. Nadie merece enfrentarse al bicho.
De pronto la vida cambia… Básicamente las prioridades son otras y aquello que antes considerabas problemas, ahora son pequeñeces. El futuro está en el resultado de una prueba, no en el mañana. Pero gracias a la familia y a los grandes profesionales la espera y el proceso son más llevaderos. El cariño y la profesionalidad se unen en una misma persona y con ello te quedas, con la humanidad de las personas. Cuando pasa el tiempo, los goteros, la caída de pelo o la angustia desaparecen de la mente y solo queda agradecimiento. Gratitud por las palabras, por el cariño, por las palmadas en la espalda cuando más lo necesitabas…
La palabra cáncer seguirá rondado alrededor del enfermo y sus familiares, pero en pocas ocasiones sonará de los labios de un profesional. Y las veces que la pronuncien, resonará en la cabeza del enfermo y de los familiares.
Qué alegría cuando abres la puerta de la consulta y el doctor grita: ¡Tranquilo, todo está bien! Esas milésimas de segundo se convierten en horas pero al escuchar esas palabras, el mundo se viene arriba. Y es el mejor regalo que te podrían hacer, a ti y a tu familia. Los mejores presentes no son materiales son aquellos que te alegran la vida, los que recordarás durante toda tu existencia. Aquellos que dan alas para volar, para continuar hacia delante con los proyectos futuros y sobre todo a seguir viviendo.
Pero la lucha continúa y en esta batalla no hay vencedores ni vencidos, existen auténticos héroes que han combatido para matar al bicho. Ninguno de ellos se rindió, ninguno perdió la batalla. Y todos aquellos que, ahora sí, han tenido la suerte de seguir hacia delante, continuarán temiendo que la palabra cáncer resuene en sus cabezas.
Héroes, seguid luchando. Un día la palabra cáncer tan solo se referirá a un signo del zodiaco, no a ese tremendo bicho que tanto daño ha hecho.
Temer a la palabra cáncer no es de cobardes
No me atrevo a llamarles valientes. Son auténticos héroes. Luchan diariamente por combatir al bicho, ese que podría quitarles incluso la vida. Pero nunca, nunca se dan por vencidos.
Temer a la palabra ‘cáncer’ no es de cobardes, sino de mujeres y hombres, niños y adolescentes desconcertados por su futuro y sobre todo por su vida. Desgraciadamente la hemos escuchado en numerosas ocasiones pero nunca esperamos que nos toque de cerca. Es lejano. Sin embargo, es cuestión de suerte, o mejor dicho de mala suerte. Nadie merece enfrentarse al bicho.
De pronto la vida cambia… Básicamente las prioridades son otras y aquello que antes considerabas problemas, ahora son pequeñeces. El futuro está en el resultado de una prueba, no en el mañana. Pero gracias a la familia y a los grandes profesionales la espera y el proceso son más llevaderos. El cariño y la profesionalidad se unen en una misma persona y con ello te quedas, con la humanidad de las personas. Cuando pasa el tiempo, los goteros, la caída de pelo o la angustia desaparecen de la mente y solo queda agradecimiento. Gratitud por las palabras, por el cariño, por las palmadas en la espalda cuando más lo necesitabas…
La palabra cáncer seguirá rondado alrededor del enfermo y sus familiares, pero en pocas ocasiones sonará de los labios de un profesional. Y las veces que la pronuncien, resonará en la cabeza del enfermo y de los familiares.
Qué alegría cuando abres la puerta de la consulta y el doctor grita: ¡Tranquilo, todo está bien! Esas milésimas de segundo se convierten en horas pero al escuchar esas palabras, el mundo se viene arriba. Y es el mejor regalo que te podrían hacer, a ti y a tu familia. Los mejores presentes no son materiales son aquellos que te alegran la vida, los que recordarás durante toda tu existencia. Aquellos que dan alas para volar, para continuar hacia delante con los proyectos futuros y sobre todo a seguir viviendo.
Pero la lucha continúa y en esta batalla no hay vencedores ni vencidos, existen auténticos héroes que han combatido para matar al bicho. Ninguno de ellos se rindió, ninguno perdió la batalla. Y todos aquellos que, ahora sí, han tenido la suerte de seguir hacia delante, continuarán temiendo que la palabra cáncer resuene en sus cabezas.
Héroes, seguid luchando. Un día la palabra cáncer tan solo se referirá a un signo del zodiaco, no a ese tremendo bicho que tanto daño ha hecho.
No hay publicaciones relacionadas.
Archivos
Categorías
Meta
Calendar